Botox, nuestro aliado en la prevención antiarrugas, es el nombre comercial registrado de la Toxina Botulínica Tipo A.
Esta es una proteína capaz de relajar los músculos en un determinado tiempo y tiene, como objetivo estético, la virtud de atenuar las arrugas que habitualmente suelen aparecer en el rostro de los hombres y mujeres. ¡Y sin necesidad de pasar por el quirófano!. Las arrugas en la piel más conocidas son las patas de gallo y las líneas de la frente.
Tratamiento estrella
El tratamiento estético con Botox es uno de los más demandados. El Botox, o toxina botulínica, nos ayuda a eliminar temporalmente las arrugas de expresión. Así, la piel queda más lisa, con aspecto rejuvenecido y saludable.
Una vez inyectado el principio activo, impide que el músculo se contraiga. Es decir, lo paraliza. Así ya no se forma la arruga en la piel.
En personas entre 30 y 50 años aprox. previene la formación de arrugas (en algunas/os pacientes antes de los 30 debido a la genética)
Duración del tratamiento y sesiones
Su efecto es temporal y dura entre cuatro y seis meses, dependiendo de cada paciente.
A partir de la primera sesión, y siempre con el visto bueno de nuestro médico, será necesario repetir el tratamiento. Usualmente, con el paso del tiempo y según se van repitiendo las aplicaciones, el efecto del Botox puede durar más y ser necesaria una menor frecuencia de sesiones.
Técnica aplicada y supervisión médica
La técnica consiste en la infiltración mediante una aguja extrafina de la toxina botulínica en el músculo de la zona que se desea tratar, produciendo su relajación e inhibiendo el movimiento de este y consiguiendo la desaparición temporal de las molestas arrugas.
Es muy importante que este tratamiento sea aplicado por un especialista conocedor de la anatomía facial, ya que un pinchazo con Botox en el lugar equivocado puede generar una expresión no deseada.
Otras aplicaciones
La toxina botulínica o Botox tiene, sin embargo, otras importantes aplicaciones en medicina. En la actualidad, por ejemplo, se está utilizando en el tratamiento de los siguientes problemas:
- Hiperhidrosis: personas con una sudoración excesiva en axilas, manos y pies. Con ella se logra disminuir la actividad de las glándulas sudoríparas.
- Bruxismo: hábito involuntario de apretar o rechinar los dientes. El botox relaja la musculatura para eliminar la hipertrofia de los músculos maceteros y con ello una mordida fuerte que llega a producir cefaleas, deterioro dental, alteraciones del sueño,…
- Control del blefaroespasmo: la contracción intermitente e involuntaria de la musculatura del ojo.
- Otras distonías y espasmos.
- Finalmente está ofreciendo buenos resultados en personas parapléjicas con problemas de incontinencia urinaria.
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